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Las energías renovables son fuentes alternativas a las tradicionales, producidas con combustibles fósiles como petróleo, carbón y gas natural. No contaminan y no se agotan, ya que tienen la capacidad de regenerarse al final de su ciclo. Estas fuentes representan una gran ventaja tanto para la protección del medio ambiente como para la salud humana y se utilizan para la producción de electricidad.

¿Cuáles son las diversas formas de energías renovables y cuáles son sus potencialidades? Vamos a analizar las principales y ver cómo funcionan.

ENERGÍA SOLAR:
Sin duda, el tipo de energía verde más conocido, es una fuente de energía obtenida del sol, utilizable para calentar o enfriar hogares y lugares de trabajo. La energía del sol, que es naturalmente ilimitada, se convierte en energía eléctrica a través de paneles solares e instalaciones fotovoltaicas. Estos dispositivos permiten captar la luz solar para transformarla rápidamente en energía eléctrica o utilizarla para la calefacción de edificios y empresas.

ENERGÍA EÓLICA:
Entre las energías renovables, la producida por el viento fue una de las primeras en ser aprovechadas por el hombre. Pensemos en las aspas de los molinos, capaces de transformar el viento en energía mecánica para mover maquinaria pesada. Tal como se entiende hoy en día, este tipo de energía produce principalmente electricidad, gracias a la instalación de turbinas eólicas. Para que funcionen de manera óptima, además de la calidad de la instalación en sí, es necesario que se coloquen en zonas particularmente ventosas, preferiblemente cerca de mares y océanos.

ENERGÍA GEOTÉRMICA:
Esta energía renovable aprovecha, a través de equipos específicos, el calor de la tierra que se manifiesta con fenómenos naturales como fuentes termales, géiseres y fumarolas. Para aprovechar el calor geotérmico se han creado centrales geotérmicas. El flujo de vapor del subsuelo genera una fuerza tal que mueve una turbina; la energía mecánica de la turbina finalmente se transforma en electricidad mediante un alternador.

ENERGÍA DE BIOMASA:
La biomasa se produce a partir de combustibles y otros desechos industriales y agrícolas, como madera o desechos urbanos. Es la primera energía renovable utilizada por el hombre. Los generadores de energía de biomasa producen menores cantidades de nitrógeno, azufre y carbono en comparación con los combustibles fósiles, pero mayores que otros sistemas de producción de energía renovable.
ENERGÍA HIDROELÉCTRICA:
Aunque la energía hidroeléctrica es renovable, es limitada si el hombre no la explota de manera excesiva. El agua se utiliza para generar energía, mediante la instalación de generadores de eje vertical y horizontal. Las olas, las mareas, las cascadas naturales y artificiales, los ríos y otros cursos naturales producen energía cinética que luego se transforma en electricidad gracias a la ayuda de turbinas. La energía hidroeléctrica se produce a través de centrales hidroeléctricas, que generalmente se construyen en montañas cerca de cursos de agua, donde es más fácil aprovechar la combinación de la fuerza de la gravedad y la energía cinética.

ENERGÍA MARINA:
Esta energía alternativa renovable es generada por las corrientes oceánicas, es decir, por enormes masas de agua. El aprovechamiento de la energía marina y su conversión en energía eléctrica ocurre, como en el caso de la energía eólica, gracias a la instalación de generadores de eje vertical y horizontal.

Las fuentes de energía renovable son, por lo tanto, aquellas que no están destinadas a agotarse. No todos los recursos que utilizamos en la Tierra tienen esta capacidad de regenerarse para nuestro uso, y entre los renovables, algunos pueden regenerarse más rápidamente que otros, favoreciendo una mayor sostenibilidad y, por lo tanto, un mayor impacto en términos de eficiencia energética. Estas siempre son energías limpias con un impacto ambiental mínimo en comparación con el provocado por las fuentes de energía no renovables, que se pueden agrupar en dos grandes categorías: combustibles fósiles y combustibles nucleares. Los primeros derivan de materia orgánica sedimentada en los estratos terrestres. Los combustibles nucleares, en cambio, derivan principalmente del uranio. Todas las energías no renovables se generan a partir de fuentes agotables y, en la mayoría de los casos, también son altamente contaminantes.

Aunque las perspectivas para el desarrollo de recursos energéticos son alentadoras, hoy en día la mayor parte de la demanda energética de los países se cubre con combustibles fósiles. Sin embargo, la energía limpia está creciendo rápidamente, tanto por sus beneficios ambientales como por sus ventajas económicas. ¿Qué opinas tú? ¿Podremos llegar a utilizar estas energías renovables, sustituyendo por completo aquellas con alto consumo ambiental?