¿Habéis oído hablar alguna vez del gas de esquisto? Es gas metano, encerrado en la microporosidad de rocas arcillosas, que se encuentra en yacimientos no convencionales. En este nuevo vídeo vamos a explicaros qué es, dónde se encuentra y cómo se extrae.
El gas de esquisto, o gas shale, es el término utilizado para especificar el tipo de yacimiento, se encuentra a mayor profundidad respecto a los yacimientos convencionales. Pasando los acuíferos, las capas de caliza y arenisca, entre 2000 y 4000 metros de profundidad, encontramos segmentos de esquisto, una roca sedimentaria compuesta principalmente de barro adicionado de minerales arcillosos; esta roca al descomponerse anaeróbicamente puede dar lugar a yacimientos de gas. El país con el mayor yacimiento de gas de esquisto es China, el segundo es Estados Unidos. La explotación a gran escala del gas de esquisto empezó en la década de 2000, cuando el precio de los hidrocarburos se disparó.
Estados Unidos fue pionero en nuevas técnicas de extracción en pozos no convencionales. De 2000 a 2010, la producción aumentó de 10.000 a 140.000 miles de millones de metros cúbicos, cerca del 23% de las necesidades energéticas del país, mientras que en la década de 2010 a 2020, la producción superó las necesidades nacionales de gas natural, hasta el punto de que Estados Unidos pasó de ser importador a exportador de gas natural.
La arcilla que contiene la roca de gas de esquisto hace que el yacimiento sea bastante impermeable, y la extracción de gas metano de estas fuentes concretas requiere una técnica compleja denominada FRACKING (fracturado/fracturación hidráulica). Esta técnica se desarrolló en 1860 en Pensilvania, cuando se intentó aumentar la productividad de los pozos petrolíferos fracturando las rocas compactas del pozo con Nitroglicerina; la técnica fue mejorada posteriormente en 1947, por la Stanolind Oil and Gas Corporation, utilizando un líquido a alta presión para fracturar la roca.
Veamos cómo funciona esta técnica.
Cuando se identifica un nuevo yacimiento mediante análisis geofísicos, se procede a la instalación del lugar, que incluye la cabeza de perforación, una serie de bombas de alta presión, instrumentos de control sísmico, tuberías y manómetros para regular el caudal; primero se realiza una perforación vertical para alcanzar la profundidad del yacimiento, y en la segunda fase se lleva a cabo una perforación horizontal a lo ancho del lugar. Si la capa de roca es muy compacta, se introducen explosivos en el pozo para crear microfracturas; de lo contrario, si ya están presentes, se inyecta inmediatamente un líquido a alta presión para dilatar las grietas y hacer la roca más permeable; el fluido inyectado puede ser agua, espuma, gel o gas comprimido como el nitrógeno. El líquido se mezcla con un material sólido, llamado Proppant, como resina, arena o esferas de cerámica, cuyo objetivo es mantener abiertas las fracturas cuando desaparece la presión del agua. A veces se utilizan trazadores radiactivos naturales en el fluido de fracturación para seguir el curso de las fracturas. Todo este proceso se controla desde la superficie colocando por toda la zona geófonos que detectan los movimientos sísmicos. Las bombas extraen el líquido del pozo, trayendo consigo el gas metano liberado por la presión de la roca, en la superficie se separa del líquido y se almacena en tanques mantenidos a presión, el líquido con los restos de la excavación se vierte en un tanque, que lo filtra y luego lo reutiliza.
El gas de esquisto, o gas shale, es el término utilizado para especificar el tipo de yacimiento, se encuentra a mayor profundidad respecto a los yacimientos convencionales. Pasando los acuíferos, las capas de caliza y arenisca, entre 2000 y 4000 metros de profundidad, encontramos segmentos de esquisto, una roca sedimentaria compuesta principalmente de barro adicionado de minerales arcillosos; esta roca al descomponerse anaeróbicamente puede dar lugar a yacimientos de gas. El país con el mayor yacimiento de gas de esquisto es China, el segundo es Estados Unidos. La explotación a gran escala del gas de esquisto empezó en la década de 2000, cuando el precio de los hidrocarburos se disparó.
Estados Unidos fue pionero en nuevas técnicas de extracción en pozos no convencionales. De 2000 a 2010, la producción aumentó de 10.000 a 140.000 miles de millones de metros cúbicos, cerca del 23% de las necesidades energéticas del país, mientras que en la década de 2010 a 2020, la producción superó las necesidades nacionales de gas natural, hasta el punto de que Estados Unidos pasó de ser importador a exportador de gas natural.
La arcilla que contiene la roca de gas de esquisto hace que el yacimiento sea bastante impermeable, y la extracción de gas metano de estas fuentes concretas requiere una técnica compleja denominada FRACKING (fracturado/fracturación hidráulica). Esta técnica se desarrolló en 1860 en Pensilvania, cuando se intentó aumentar la productividad de los pozos petrolíferos fracturando las rocas compactas del pozo con Nitroglicerina; la técnica fue mejorada posteriormente en 1947, por la Stanolind Oil and Gas Corporation, utilizando un líquido a alta presión para fracturar la roca.
Veamos cómo funciona esta técnica.
Cuando se identifica un nuevo yacimiento mediante análisis geofísicos, se procede a la instalación del lugar, que incluye la cabeza de perforación, una serie de bombas de alta presión, instrumentos de control sísmico, tuberías y manómetros para regular el caudal; primero se realiza una perforación vertical para alcanzar la profundidad del yacimiento, y en la segunda fase se lleva a cabo una perforación horizontal a lo ancho del lugar. Si la capa de roca es muy compacta, se introducen explosivos en el pozo para crear microfracturas; de lo contrario, si ya están presentes, se inyecta inmediatamente un líquido a alta presión para dilatar las grietas y hacer la roca más permeable; el fluido inyectado puede ser agua, espuma, gel o gas comprimido como el nitrógeno. El líquido se mezcla con un material sólido, llamado Proppant, como resina, arena o esferas de cerámica, cuyo objetivo es mantener abiertas las fracturas cuando desaparece la presión del agua. A veces se utilizan trazadores radiactivos naturales en el fluido de fracturación para seguir el curso de las fracturas. Todo este proceso se controla desde la superficie colocando por toda la zona geófonos que detectan los movimientos sísmicos. Las bombas extraen el líquido del pozo, trayendo consigo el gas metano liberado por la presión de la roca, en la superficie se separa del líquido y se almacena en tanques mantenidos a presión, el líquido con los restos de la excavación se vierte en un tanque, que lo filtra y luego lo reutiliza.
La producción de gas de esquisto ha suscitado un gran debate a lo largo de los años debido a sus posibles efectos sobre el clima mundial y el calentamiento global. Desafortunadamente, la técnica utilizada libera pequeñas cantidades de gas metano al medio ambiente en la fase inicial, y existe el peligro de que las microfracturas, creadas previamente, permitan que el gas llegue a las aguas subterráneas. Los tanques especiales creados para contener los líquidos del fracking, si no están bien construidos, pueden filtrarse en el suelo y llegar también a la capa freática, contaminando los pozos de los que se abastecen las casas.
El consumo de agua utilizada para la fracturación, a la que se añaden agentes químicos para reducir la fricción y la creación de microorganismos, ¡es realmente enorme! Si consideramos que generalmente se utilizan entre 9 y 29 mil metros cúbicos de agua para un solo pozo, donde sólo se recupera entre el 50% y el 70%, el resto del agua añadida se filtra al suelo circundante, con la posibilidad de contaminar los acuíferos domésticos.
El riesgo sísmico es otra consecuencia preocupante de la fracturación hidráulica, que utiliza explosivos para reducir la presión en capas de roca compactas, pero aún no se han elaborado datos concretos que apoyen esta teoría.
Muchos países, sobre todo en Europa, han prohibido la producción de gas de esquisto por las consecuencias que tiene para el medio ambiente; pero hay otro factor que bloquea la extracción de estos yacimientos: la gran cantidad de dinero que supone explotarlos. A diferencia de un yacimiento convencional, el gas de esquisto necesita más pozos de extracción, lo que se traduce en costes más elevados que sólo unos pocos países pueden permitirse. Es el caso de Argentina, con su yacimiento denominado Vaca Muerta, llamado así por la conformación rocosa adyacente al yacimiento; estamos hablando de un yacimiento de 36.000 kilómetros cuadrados, del que podrían extraerse 308 billones de pies cúbicos de gas natural, lo que convertiría a Argentina en la segunda nación productora de GNL del mundo. El desarrollo de Vaca Muerta requiere una inversión de entre 7.000 y 8.000 millones de dólares anuales, con un proyecto que implica una nueva red de distribución que cruzará todo el país, llevando la energía al centro y al norte de la nación. De hecho, el gobierno argentino está deseando dar la bienvenida a los inversores, ya que en este momento histórico Vaca Muerta es una reserva que el mundo necesita urgentemente.
En este vídeo, hemos realizado un breve viaje al descubrimiento del gas de esquisto, descubriendo la técnica utilizada para extraerlo y las complicaciones medioambientales que aún impiden a muchos países europeos explotar este recurso. La comunidad mundial es cada vez más consciente de las acciones necesarias para proteger nuestra tierra, pero con una sociedad que sigue marchando por el camino del consumismo, cuando se agoten las reservas de hidrocarburos convencionales, ¿tomará también la decisión de explotar los yacimientos de gas de esquisto? Haznos saber tu opinión escribiendo en los comentarios.
El consumo de agua utilizada para la fracturación, a la que se añaden agentes químicos para reducir la fricción y la creación de microorganismos, ¡es realmente enorme! Si consideramos que generalmente se utilizan entre 9 y 29 mil metros cúbicos de agua para un solo pozo, donde sólo se recupera entre el 50% y el 70%, el resto del agua añadida se filtra al suelo circundante, con la posibilidad de contaminar los acuíferos domésticos.
El riesgo sísmico es otra consecuencia preocupante de la fracturación hidráulica, que utiliza explosivos para reducir la presión en capas de roca compactas, pero aún no se han elaborado datos concretos que apoyen esta teoría.
Muchos países, sobre todo en Europa, han prohibido la producción de gas de esquisto por las consecuencias que tiene para el medio ambiente; pero hay otro factor que bloquea la extracción de estos yacimientos: la gran cantidad de dinero que supone explotarlos. A diferencia de un yacimiento convencional, el gas de esquisto necesita más pozos de extracción, lo que se traduce en costes más elevados que sólo unos pocos países pueden permitirse. Es el caso de Argentina, con su yacimiento denominado Vaca Muerta, llamado así por la conformación rocosa adyacente al yacimiento; estamos hablando de un yacimiento de 36.000 kilómetros cuadrados, del que podrían extraerse 308 billones de pies cúbicos de gas natural, lo que convertiría a Argentina en la segunda nación productora de GNL del mundo. El desarrollo de Vaca Muerta requiere una inversión de entre 7.000 y 8.000 millones de dólares anuales, con un proyecto que implica una nueva red de distribución que cruzará todo el país, llevando la energía al centro y al norte de la nación. De hecho, el gobierno argentino está deseando dar la bienvenida a los inversores, ya que en este momento histórico Vaca Muerta es una reserva que el mundo necesita urgentemente.
En este vídeo, hemos realizado un breve viaje al descubrimiento del gas de esquisto, descubriendo la técnica utilizada para extraerlo y las complicaciones medioambientales que aún impiden a muchos países europeos explotar este recurso. La comunidad mundial es cada vez más consciente de las acciones necesarias para proteger nuestra tierra, pero con una sociedad que sigue marchando por el camino del consumismo, cuando se agoten las reservas de hidrocarburos convencionales, ¿tomará también la decisión de explotar los yacimientos de gas de esquisto? Haznos saber tu opinión escribiendo en los comentarios.